lunes, 25 de octubre de 2010

No lo suficiente.

¿Habitación cerrada? 3 sillas en línea viendo hacia enfrente. Una luz en medio que cae desde arriba.
3 individuos en escena. De izquierda a derecha: Iván, José y Lucía.

Escena 1

Al público
Lucía.—Habitación cerrada.
Ivan.—Tres sillas.
José.—Una luz en medio que cae desde arriba (Mira hacia arriba)
Lucía.—Tres individuos en escena.

Pausa.

José.— (Al público) Cuando me trajeron aquí, yo no sabía nada. (En un susurro) Bueno, sí sabía, pero me hacía pendejo.
Lucía.—¡Uy, qué mal hablado me saliste!
José.—Ay sí, muy santa ¿no?, si todo el mundo dice groserías.
Iván.—¿Otra vez ustedes dos? (Se levanta)
José.—¿Qué no pones atención? "Tres individuos en escena". Tú, y pues sí, nosotros dos.
Lucía.— Ya cállense que nos están viendo.
Iván.—¿Qué no ésta era una habitación cerrada?
José.—Yo también me dí cuenta, si no crean que le estaba hablando al vacío.

Iván se sienta. Los tres miran al público perplejos.

Lucía.—Apaga la radio.
José.—No hay, es una habitación cerrada.
Lucía.—Yo escuché un ruido.
Iván.—Entonces préndela.
José.—¡Qué no hay!

Se levantan mirando al público. Luego vuelven a sentarse.

Iván.—A mi padre lo mataron los caciques.
Lucía.—A mi madre, el gobierno.
Iván.—A mi madre, la negligencia médica.
Lucía.—A mi padre, la soledad.
José.—A mi papá, lo mataron las vacas de don Chui. (Lucía e Ivan lo miran.) ¿Pues qué? Eran muy bravas.

Pausa.

Al público otra vez.
Iván.—En el metro hay mucha gente, y aún así me siento tan solo.
Cambian de sillas.
Lucía.—Si la elegancia no va conmigo, me busco otra compañera.
Cambian de silla.
José.—Se puede decir mucho con una mirada, no cierres los ojos.
Cambian de silla.
Iván.—La música en vivo no es una moda, es mi estilo de vida.
Cambian de silla.
Lucía.—No importa que las rosas sean de plástico mientras la intención sea auténtica.
Cambian de silla.
Pausa larga.
Iván.— (A José) ¿Por qué no dices nada?
José.—Porque me he dado cuenta que cada que hablamos nos tenemos que cambiar de silla, y a mí, ya me gustó ésta.
Iván.—No seas payaso.
José.—¡Claro!, yo antes estuve sentado en esa, por eso sé que no es igual.
Iván.—Ya cálmate, sólo es una silla.
José.—¡No! Es LA silla.
Lucía.—(Al público) El desempleo no me gusta, pero me resisto a trabajar.
Deben cambiar de silla, José se resiste.
José.—¡Qué no!, es mi silla.

Oscuro.

José.—Y dale con las luces que se prenden y se apagan.

Telón.

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