
Siento nauseas y me duele todo, hoy es día de trabajo y no quiero, me duele todo. Parezco canción de los ochenta,
hoy no me puedo levantar, los excesos de la fiesta de anoche, las luces, el baile, mis amigas, el alcohol... tal vez sea mi imaginación pero es como si mi vida la hubieran empezado a escribir los hermanos Cano, hoy no me puedo levantar.
Busco entre mi ropa algo para hoy, discreto, cómodo, lindo, coqueto, en fin, nada especial. Nada me gusta, así que me pongo lo primero que encuentro. "Tratar de ser sencilla y correcta, eres una chica de sociedad, sabes que no me gustan las cosas que haces ni la gente a la que frecuentas", la voz de mi madre se repite en mi mente una y otra vez mientras busco zapatos que hagan juego, tomo los más cómodos para no volver a casa con los tobillos destrozados, un bolso amplio y aún sin ganas bajo por café.
Un poco de azúcar para endulzar el día, desayuno moderado para no engordar, no, mejor pan con mermelada y jugo, café con leche y cereal. "Noche de excesos y luego engordas", cállate mamá. "No hace falta que te lo diga, te ves fatal", antes de salir de la casa me miro en el espejo de la sala y sonrío, al menos una sonrisa el día a de hoy. No necesito ser una supermodelo, hoy no, sólo necesito ser yo misma.
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