El día oscurece. De la entrada cercana del metro sale corriendo un pequeño grupo de hombres y mujeres armados, vestidos de negro y con la cabeza cubierta. Se dirigen al conejo y comienzan a golpearlo mientras lo insultan. El conejo cae del bote sobre el que estuvo sentado casi toda la tarde y muere antes de que termine el día. Una vez que el grupo ha terminado con el conejo, forman un círculo alrededor y se sientan en el suelo mirando hacia afuera, se descubren la cabeza y sueltan las armas. Estos hombres y mujeres también traen letreros, todos iguales (¿Lo ves?), prenden veladoras para que puedan leerse en la oscuridad. Prenden también veladoras cerca de los letreros del conejo que está tirado en medio, no se puede ver la sangre, pero es innegable que está muerto. La gente camina y pasa a su alrededor, algunos los miran con morbo, otros ni se dan cuenta, nadie sabe que hacer. "Si me muero hoy" "A nadie le importa" "¿Lo ves?" "¿Lo ves?" "¿Lo ves?" "¿Lo ves?" "¿Lo ves?" "¿Lo ves?" "¿Lo ves?" "¿Lo ves?"
martes, 21 de diciembre de 2010
Cabeza de conejo
Un hombre con cabeza de conejo atraviesa una explanada concurrida. Se mueve entre la gente, pasa casi inadvertido. Llega a un pequeño lugar cerca de la entrada del metro, es medio día, hace calor. Lleva un bote en la mano, elige un lugar y voltea el bote para sentarse. Se sienta y sostiene, en las manos un letrero, (Si me muero hoy) sobre el bote otro (A nadie le importa). El hombre con cabeza de conejo espera, no dice nada, no se mueve. La gente camina y pasa a su alrededor, algunos lo miran con morbo, otros ni se dan cuenta. Una señora se acerca para dejar una moneda, el conejo niega con la cabeza, la señora no sabe que hacer y prefiere marcharse. Pasan las horas y el conejo sigue sentado: "Si me muero hoy" "A nadie le importa", no es el primero en decirlo ni será el último, no por eso deja de ser verdad.
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