domingo, 26 de septiembre de 2010

Rutina (3)

...lo observo detenidamente, mi viejo revólver, mi viejo amigo, hacía años que no lo sacaba y ahora verlo frente a mí me parece tan irreal. Sostengo mi revólver tan frío como mi mano, tan frío como la cocina, como la mañana, inicio de semana, nueve quince de la mañana, mi estómago también está frío, la fría rutina.
El silencio se rompe con un ligero susurro, es el revólver que me habla y me dice algo que no consigo entender, lo miro extrañado mientras el susurro se vuelve más fuerte casi insoportable, como un zumbido penetra en mis oídos pero aún no puedo entenderle -¿Qué?- le grito al vacío y nadie me responde, me empiezo a poner nervioso, mi corazón se acelera y el revólver no se calla. Desesperado me acerco la "boca" del revólver al oído, tiro el gatillo y el revólver me lanza un grito fuerte y claro en la oreja, nueve diecisiete de la mañana, antes de que mis ojos se cierren lo entiendo por fin, en el murmullo el revólver me decía -No lo hagas-.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Y/O deja un comentario:
¿Tú qué opinas?


Visitantes hasta el momento: