Esta es la historia de una mujer que nació pegada al suelo. No tiene padres, nació en una maceta, su destino es tan frío como el rocío de la mañana.
Huérfana 1. — ¿Por qué lloras?
Huérfana 2. — Mira. Mi pan se cayó en el lodo.
Huérfana 1. — No te preocupes, podemos comprar otro.
Huérfana 2. — ¿Tienes dinero?
Huérfana 1. — No.
Pausa.
Huérfana 1. — Si quieres yo te puedo convidar del mio.
Huérfana 2. — Sí.
Huérfana 1. — Aunque está un poco duro.
Pausa.
Huérfana 2. — No importa, está rico. Gracias.
Algunas personas caminan con prisa, otras prefieren quedarse donde están. Algunas corren sin fijarse, otras pidiendo permiso. Algunas personas tienen un lugar a donde ir, otras, como yo, contamos historias que la gente prefiere no sentarse a escuchar.
Esta es la historia de una mujer que nació pegada al suelo. No tiene padres, nació en una maceta, su destino es tan frío como el rocío de la mañana.
Desempleado 1. — ¿Y tu mujer ya está mejor?
Desempleado 2. — No, todavía esta muy enferma.
Desempleado 1. — Ya verás que se pondrá mejor muy pronto.
Desempleado 2. — Sí, sólo necesita unos medicamentos.
Desempleado 1. — El dinero se consigue fácil.
Pausa.
Desempleado 1. — Tengo un reloj en la casa que se puede empeñar.
Desempleado 2. — No te preocupes, no es necesario.
Desempleado 1. — Sólo sería un préstamo.
Pausa.
Desempleado 2. — Sí, el dinero se consigue fácil. Gracias.
Algunas personas tienen mucho que hacer, otras prefieren no hacer nada. Algunas hacen lo que pueden, otras no pueden hacer nada. Algunas personas deberían hacer algo, otras, como yo, contamos historias que la gente sin que hacer prefiere no escuchar.
Esta es la historia de una mujer que nació pegada al suelo. No tiene padres, nunca los tuvo, nació en una maceta, su destino es tan frío como el rocío de la mañana.
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