lunes, 12 de marzo de 2018

El día de hoy


Un rostro es un mundo; y todo lo que en él se encuentra es el rastro de una historia. Un gesto, una arruga, una cicatriz, una lágrima que recorre de un continente a otro. En nuestro andar cotidiano nos cruzamos con cientos de rostros, cientos de historias esperando ser contadas, caminos esperando ser cruzados, puertas que ansían ser abiertas. Sin embargo muchas personas morirán sin que sus secretos o sus ideas sean enunciadas, morirán en el anonimato, en el frío de las aceras, en la soledad de los campos, o en el olvido de un hospital.

Dicen que los muertos nunca se van solos. Esto significa que cuando alguien muere, otra persona de su círculo cercano morirá también. No es un hecho científico, pero es común. Pensar en la muerte me entristece un poco. Pero sentir tristeza está bien porque así sabemos que estamos vivos. ¿Alguna vez has fantaseado con tu muerte? Sentir no es fácil. Y en general, vivir tampoco. Ésta es la historia de una vida. Y también de una muerte. Existen infinidad de historias, unas mejores que otras, sin duda. Y existen también infinidad de muertes. Unas mejores que otras, supongo. Ésta puede no ser una historia muy bonita o interesante, pero es la historia que decidí contar el día hoy...



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