Manuel.- Si en 1996 me hubieran dicho que dentro de quince años Doña Conchita estaría viviendo con sus hijos en la capital, yo, quizá, no lo hubiera creído. Si hace quince años me hubieran dicho que la mueblería de Pedro iba a quebrar por falta de clientes, yo, quizá, no lo hubiera creído. Si hace quince años me hubieran dicho que alguien se iba a interesar en grabar mis palabras y que además iba a salir en el periódico, seguramente yo no le hubiera creído. Y sin embargo pasó. Hoy hace ya quince años que mi vida comenzó a cambiar bruscamente. Si hace quince años me hubieran dicho que el Ayapaneco, la lengua de mi abuela, se iba a dejar de hablar, yo no lo hubiera creído. Hoy quizá, no sé. Quince años. 1996.
Isidro.- Yo no soy un hombre de rencores, pero sí de principios, y los he tenido bien claros toda mi vida. Yo nací aquí, en Jalpa de Méndez, Tabasco, aquí crecí y aquí he vivido toda mi vida. Empecé a vivir en ésta que era la casa de mi papá hace ya como quince años, yo mismo fui con Pedro y le dije que me la amueblara para que quedara bonita, y luego me vine a vivir para acá, yo solo, de eso hace ya como 15 años.
Manuel.- Yo quizá, no habría aprendido español de no ser por una muchacha que vivía aquí cerca. Luego se fue a vivir al otro lado del pueblo. El punto es que aprendí español, como mucha gente, aunque la diferencia es que yo sí sigo aquí.
Isidro.- Rocío estuvo viviendo un tiempo aquí conmigo, un tiempo; pero no fue por ella que me cambié para acá. Ésta era la casa de mi papá y no quería que se quedara sola después de que él falleció.
Manuel.- Rocío vivió un tiempo conmigo, me enseñó muchas cosas, me aprendió otras tantas. Pero luego se empezó a juntar con el Isidro que es un cabezón.
Isidro.- La Rocío era muy letruda, pero también muy mañosa. Manuel y ella tuvieron sus que veres pero luego se pelearon, o eso me dijo ella, y me dijo también que si se podía venir a vivir aquí un tiempo. Yo pues le dije que sí.
Manuel.- Tengo que confesar que yo también estuve apunto de irme, de dejar aquí, de dejar mis raíces, de buscar cosas nuevas. Ya había juntado un dinero pero… hace quince años…
Isidro.- Ya después me enteré que Rocío no estaba peleada con Manuel, se estaba escondiendo de él.
Manuel.- Yo, quizá, hubiera abierto un negocio, viajado. No era que tuviera tanto dinero pero pues por algo se empieza. Aunque ese es el problema, el “tuviera”, o peor aún, el “tuve”.
Isidro.- Rosario era una muchacha que buscaba oportunidades y que se quería ir de aquí, era, ¿cómo se dice?
Manuel.- Oportunista, es la gente oportunista la que ha ido destruyendo este pueblo.
Isidro.- Manuel tenía un dinero, sí, todos lo sabíamos. La gente de aquí que junta dinero se va, yo no quería que Manuel se fuera, nosotros teníamos pues…
Manuel.- Una amistad de años que se fue al carajo porque Isidro se robó mi dinero.
Isidro.- Rocío se robó el dinero, pues, se vino a esconder a mi casa, y luego se fue para la capital.
Manuel.- Isidro me robó el dinero, se lo gastó en quién sabe qué y luego se fue a vivir al otro lado del pueblo.
Isidro.- Yo por supuesto me di cuenta de eso ya que Rocío se había ido, después de que Manuel me vino a reclamar. Yo le expliqué que yo no había sido pero no me creyó.
Manuel.- Rocío después de enterarse de la traición de Isidro lo dejó y se fue para la capital. Pinche Isidro. Aunque en parte agradezco que me haya quitado el dinero. Me da gusto estar aquí.
Isidro.- Yo no quería que se fuera, pero tampoco era para robarle el dinero. En parte me dio gusto que Rocío se lo llevara.
Manuel e Isidro.- Aunque él por supuesto, no lo sabe.
Isidro.- Yo ya dije, hasta que él no venga a disculparse no le voy a volver a hablar. Yo no soy un hombre de rencores, pero sí de principios.
Manuel.- Yo, no sé. Quizá. Hace quince años.
…
…
Isidro.- Sí, ya le dije que sí hablo ayapaneco, pero ahora dígame usted a mí, güero, ¿por qué está tan interesado en Manuel y en mí?